Del mismo modo que Dios sumergió al ejército egipcio en el mar Rojo,
destruyó el poder del pecado y otorgó a la humanidad la esperanza
de resurrección en el Día de Resurrección. Este es el día en que Jesús mismo
evidenció que seremos transformados de un cuerpo físico a un cuerpo espiritual.
El día en que el ejército egipcio quedó sepultado en el mar Rojo
y los israelitas emergieron de dicho mar fue un domingo.
Para conmemorar este día, se instauró la Fiesta de las Primicias en el Antiguo Testamento,
la cual siempre se celebraba en domingo.
Según la profecía, Jesucristo se convirtió en las primicias de aquellos que durmieron,
resucitando de entre los muertos un domingo.
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos,
de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya,
por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Filipenses 3:20-21
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