A través de las profecías de la Biblia, llegué a darme cuenta
y a creer en Dios Madre, no basándome en ideas limitadas.
Creer en Dios Madre para mí fue fácil cuando estudié la Biblia,
sin embargo, fue un poco difícil creer que Dios Madre vino en carne y hueso.
Y creo que la forma en que pude entenderlo
finalmente fue recordando lo que sucedió
hace dos mil años con Jesús.
Cuando Jesús vino la primera vez, había muchos
líderes religiosos, e incluso su propio pueblo,
el pueblo de Israel lo rechazó.
Y no fue porque las profecías sobre Él fueran
poco claras, sino porque estos líderes religiosos
estaban muy seguros de lo que habían aprendido y entendido.
Y tenían tanta confianza en sus propios pensamientos e ideas.
Y debido a esos pensamientos y suposiciones, llegaron a rechazar a Jesús
a pesar de que Él era su Salvador y Dios testificado a través de la Biblia.
Y a través de eso, pude darme cuenta de que para
poder aceptar a la Madre Celestial que vino en la carne,
no debo acercarme o creer en Dios Madre a través de mis propias ideas limitadas,
percepciones, o mis suposiciones.
Yo necesito ver y creer en la Madre Celestial sólo
a través de las profecías de la Biblia.
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