Lo que podemos aprender del espíritu de desafío de Charles Lindbergh, un piloto, es la importancia de establecer metas con el espíritu de los jóvenes como el rocío del alba y desafiarnos a nosotros mismos para alcanzarlas, en lugar de considerar imposible salvar al mundo entero y darse por vencido sin siquiera intentarlo.
El apóstol Pablo se desafió a sí mismo para alcanzar las metas del evangelio con la fe de que nada es imposible para Dios. Así que dondequiera que iba, podía establecer la Iglesia de Dios que brillaría con la luz de la verdad. También en esta época necesitamos el espíritu de desafío para la misión del evangelio de dar a conocer al mundo entero la salvación de Cristo Ahnsahnghong y de Dios Madre.
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
Marcos 9:23
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