Ya que Dios concede a sus hijos las bendiciones del cielo
a través de cada culto, el acto de creer en Dios
y adorarlo es en sí mismo alegría y felicidad.
La vida obligatoria de la fe sin la esperanza del cielo trae tentación.
No debemos seguir el camino de Adán y Eva que fueron vencidos
por la astucia de Satanás, sino tener una fe absoluta
como la de Job, y adorar a Dios hasta el final, y vencer la tentación
a través de la palabra de Dios, siguiendo el ejemplo de Jesús.
Todas las tentaciones seculares que
obstaculizan nuestro camino al cielo son pruebas.
Así como los israelitas fueron probados en todo momento en el desierto
durante cuarenta años, a los miembros de la Iglesia de Dios que están caminando
hacia la Canaán celestial se les presentan pruebas,
pero podemos resistirlas y recibir las bendiciones del cielo al final
si tenemos fe absoluta en Dios Padre y Dios Madre.
“… yo también te guardaré de la hora de la prueba
que ha de venir sobre el mundo entero,
para probar a los que moran sobre la tierra.” Apocalipsis 3:10
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