Dios mismo vino a la tierra y cargó todos nuestros pecados para salvarnos a los que estábamos destinados a sufrir para siempre en el infierno.
Debemos llegar a ser los hijos de Dios que den sinceras gracias y gloria al Padre Ahnsahnghong y a la Madre Celestial por concedernos la vida eterna, así como lo hizo David cuando se salvó del peligro con la ayuda de Jonatán y luego le retribuyó, o como el apóstol Pablo que se arrepintió de todos sus pecados reflexionando de su pasado cuando perseguía a la Iglesia de Dios.
… Cristo, … murió por los impíos. … Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos 5:6-8
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