Así como muchos activistas de la independencia finalmente lograron la liberación de Corea, gracias al gran amor de Dios de sacrificarse como ofrenda por el pecado, toda la humanidad pudo ser liberada de la muerte y recibir la bendición del perdón de pecados.
Hoy, Dios Ahnsahnghong y Dios Madre vinieron a esta tierra para los que esperan la salvación, con la Pascua del nuevo pacto que libera a toda la humanidad de la ley del pecado y de la muerte.
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Romanos 8:1-2
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