El reino de los cielos no es un lugar en donde uno pueda entrar por voto como el sistema electoral de la tierra, sino un lugar que Dios concede por gracia a aquellos que guardan la Pascua del nuevo pacto. Por lo tanto, aquellos que guardan la Pascua del nuevo pacto son realmente bienaventurados.
Dios vino en carne a esta tierra como Jesús en la época del Hijo y como Cristo Ahnsahnghong y la Madre Celestial en la época del Espíritu Santo para que sus hijos conozcan y comprendan con sus corazones el camino correcto hacia el reino de los cielos.
“Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua. Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: […] Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.” Lucas 22:7-20
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