El rey Saúl, quien fue el primer rey de Israel.
Dios nombró a Saúl como rey cuando se consideraba pequeño.
Sin embargo, Dios se arrepintió de nombrar a Saúl como rey cuando vio que no cumplía absolutamente las palabras de Dios.
Contrario al rey Saúl, Dios elogió a David, que confiaba absolutamente en Dios y seguía su palabra con precisión, diciendo que era un varón conforme a su corazón.
Como el pueblo de Dios también elogió a David, el rey Saúl empezó a sentirse decepcionado, tuvo celos y envidia de David y trató de matarlo.
Como resultado, Dios abandonó al rey Saúl y este experimentó un destino miserable al final.
A través de la historia del rey Saúl, podemos examinarnos a nosotros mismos, que recorremos el camino de la fe.
¿A veces nos sentimos decepcionados de nuestros hermanos y hermanas que recorren el camino de la fe junto con nosotros?
Cuando nos decepcionemos de los hermanos o hermanas, examinémonos para ver si nos sentimos superiores que ellos.
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