Dios nos ha enseñado a través de Salomón que todas las
cosas que se hacen bajo el sol se desvanecen en un instante;
son en vano, como querer atrapar el viento.
Para que la gente comprenda que debe fijar
su meta en el glorioso reino de los cielos,
Dios ha venido a esta tierra por segunda vez
con el nombre de Ahnsahnghong.
Incluso grandes personajes como Alejandro Magno y
Gengis Kan, que conquistaron la mayor parte del mundo,
tuvieron que dejar este lugar con las manos vacías.
Solo aquellos que veneran a Dios y guardan los mandamientos de Dios
pueden ir al glorioso cielo y reinar por los siglos de los siglos,
como Dios ha prometido.
El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
Eclesiastés 12:13
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