Solo podemos ser salvos si recibimos a Cristo que viene sobre las nubes antes del juicio con fuego. A través de la profecía y el cumplimiento de Jesús, queda claro que las nubes no se refieren a las nubes reales en el cielo, sino que son una parábola bíblica que simboliza la carne.
La razón por la que su segunda venida en la carne fue profetizada como venir sobre las nubes es que así como las nubes cubren la luz del sol, la carne cubre la luz de la gloria de Dios, y así como todas las cosas reviven a través de la lluvia que cae de las nubes, Dios viene en la carne y salva a la humanidad por las palabras del agua de la vida.
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