Así como todas las personas de esta tierra tienen sus propias ocupaciones y llevan su propia vida,
los hijos de Dios que nacen en la época del Espíritu Santo durante la obra de la redención de Dios, reciben la misión de ministros del nuevo pacto, pescadores de hombres, atalayas y testigos de Dios.
Dios confía una misión especial a las personas en las que confía y a las que considera justas.
Es para dar testimonio de Dios que ha venido al mundo en la carne tal como lo hizo el apóstol Pablo.
Como testigos de Dios, los miembros de la Iglesia de Dios testifican con todo su corazón
sobre Cristo Ahnsahnghong y Dios Madre que vinieron como Salvadores
en la época del Espíritu Santo para que puedan recorrer el camino de la fe sin ningún remordimiento.
“pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,
y me seréis testigos en Jerusalén,
en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
Hechos 1: 8
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