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Hace dos mil años, Jesús comparó la oración de un fariseo con la de un publicano, y enseñó que el que se humilla recibirá la salvación y bendición.
Los miembros de la Iglesia de Dios practican las enseñanzas de la Madre
Los miembros de la Iglesia de Dios siempre tratan de acercarse a Dios
con actitudes humildes, como el publicano, de acuerdo con las enseñanzas de Dios, y se sirven unos a otros,
independientemente del título, posición y edad.
Si predicamos con un corazón humilde, entendiendo
que somos pecadores, y si nos humillamos sin un corazón arrogante, Dios nos concede frutos.
En otras palabras, la humildad es como un imán espiritual que atrae muchos frutos.
Cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.Lucas 18:14
- Fecha de publicación
- 2018. 01. 07
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