Primero, la lactancia materna genera un fuerte vínculo entre la madre y el hijo, y es una fuente fundamental de nutrientes.
La primera leche, calostro, es como una vacuna natural, ofrece protección al recién nacido.
Gracias al calostro en la leche materna, los bebés son protegidos al 100%. Reconocer la importancia de la leche materna resalta un principio vital, no solo en el ámbito físico sino también en el mundo espiritual.
“Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”.
Apocalipsis 4:11
Así como hay una madre que amamanta a su bebé en la tierra, ¿existe también una Madre espiritual que nos amamanta espiritualmente en el cielo?
La Biblia da testimonio de la existencia de la Madre espiritual en el cielo, haciendo un paralelo de la experiencia terrenal de una madre que nutre a sus hijos con la provisión de alimento espiritual.
“Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre”.
Gálatas 4:26
La Biblia profetiza que en los últimos días la Madre celestial Jerusalén dará la leche materna espiritual, la sangre blanca espiritual, a toda la humanidad que necesita salvación.
“Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, […] para que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; […] Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, […] y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre las rodillas seréis mimados”.
Isaías 66:10-13
Así como un bebé recibe la vida a través de la madre física, nosotros podemos recibir la salvación a través de la Madre espiritual.
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