Una vida valiosa

Las piedras que tenían valor antes de la civilización, no tienen valor en las sociedades modernas.
Del mismo modo, hay una gran diferencia de valor entre las cosas terrenales y las cosas celestiales.

Ser testigos de Dios es la vida más valiosa

El valor del reino de los cielos no puede medirse por el estándar de valor en esta tierra.
Dios quiere que sus hijos reciban bendiciones celestiales llevando la vida más valiosa en lugar de vivir por cosas vacías y sin valor en la tierra.
Por eso Dios nos ha dicho que seamos sus testigos en Samaria y hasta lo último de la tierra.
Por lo tanto, el pueblo de Dios debe dar testimonio de la Madre Jerusalén, que da la salvación, predicando el evangelio del reino como sus testigos.

“Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.” Daniel 12:3