Dios dice a toda la humanidad que, después de su nacimiento físico, deben conocer a Dios y renacer como nuevas personas que se cuidan, se apoyan y se animan mutuamente, dejando atrás la negatividad de las murmuraciones y las quejas para entrar en el reino de los cielos.
Al igual que Josué y Caleb, que valientemente conquistaron Canaán, creyendo solo en la palabra de Dios, y José, que siempre creyó que Dios estaba con él sin quejarse en ningún momento de angustia, los miembros de la Iglesia de Dios creen en Cristo Ahnsahnghong y en Dios Madre como Salvadores y ponen en práctica sus palabras de nacer de nuevo, recibiendo así muchas bendiciones.
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3
Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 5:20
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