Ninguno, entre tantas personas de este mundo, puede ser justificado por Dios, recibir la salvación, el perdón de pecados o la promesa de convertirse en el sacerdocio real del cielo a menos que participe de la Pascua del nuevo pacto que Jesús estableció con su sangre derramada en la cruz.
Dado que no podemos tener vida sin comer ni beber la carne y la sangre de Dios, Cristo Ahnsahnghong vino por segunda vez, restauró la Pascua que había sido abolida en 325 d. C., y testificó a la humanidad acerca de la Madre Celestial Jerusalén, la fuente del agua de la vida.
sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, …
1 Pedro 1:18-19
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
Juan 6:53
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