Dios respondió a la oración de Daniel incluso antes de que terminara, y dio el poder del Espíritu Santo para llevar a tres mil personas al arrepentimiento en el Día de Pentecostés como resultado de la oración. Del mismo modo, debemos orar siempre con fervor, creyendo que toda la obra de Dios se realiza a través de ella.
Elías derrotó a 850 falsos profetas a través de su oración sincera, y la oración ferviente de Josué hizo que el sol y la luna se detuvieran. Como podemos ver a través de estos casos, es a través de la oración que Dios nos da la capacidad de superar todos los obstáculos.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Mateo 7:7-8
Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
1 Juan 3:21-22
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