Los discípulos, que presenciaron la ascensión de Jesús en el monte de los Olivos,
comprendieron que sin recibir el Espíritu Santo de Dios, el evangelio no se podía predicar en todo el mundo.
Por lo tanto, oraron fervientemente durante diez días desde el Día de la Ascensión hasta el Día de Pentecostés, pidiendo el Espíritu Santo de la lluvia temprana.
Cuando Elías derrotó a los 850 falsos profetas en el monte Carmelo, la oración precedió a la victoria.
Jesús, Cristo Ahnsahnghong y Dios Madre, que vinieron a esta tierra para la salvación de la humanidad,
dieron ejemplo de comenzar su obra del evangelio con oraciones matutinas todos los días.
Por lo tanto, los miembros de la Iglesia de Dios también comienzan su día adquiriendo fuerza espiritual a través de la oración.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Mateo 7:7–8
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando,
creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Marcos 11:24
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