Dependiendo de lo que contenga, una botella vacía puede convertirse en un jarrón de flores o en una botella de agua.
Así como los apóstoles se convirtieron en obreros del nuevo pacto después de recibir el Espíritu Santo en el Día de Pentecostés hace dos mil años, nosotros también podemos convertirnos en los hijos perfectos de Dios cuando tenemos el Espíritu Santo en nosotros.
Hace dos mil años, después de que Jesús murió en la cruz, los apóstoles temblaban de miedo, pero después de recibir el Espíritu Santo en el Día de Pentecostés, testificaron valientemente que Jesús es el Mesías.
Al igual que los apóstoles, los miembros de la Iglesia de Dios de hoy, habiendo recibido el Espíritu Santo de la lluvia tardía en el Día de Pentecostés, testifican valientemente que Cristo Ahnsahnghong y Dios Madre han venido a salvar a la humanidad.
Cuando llegó el Día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; […] Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Hechos 2:1–4
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