Cristo Ahnsahnghong dijo que si no practicamos la verdad, nuestras almas se oscurecen y pierden el discernimiento y, al final, pierden la fe y llegan a negar a Dios.
Ya que vivimos en esta tierra, el mundo tridimensional, y no podemos juzgar al mundo celestial de la cuarta y quinta dimensión, debemos creer en las palabras de Dios que siempre nos bendice y seguir sus enseñanzas.
Los antepasados de la fe como Moisés, David, Gedeón y Josué fueron bendecidos al obedecer la palabra de Dios incluso en situaciones que parecían imposibles para el sentido común de los hombres.
Al observar su historia, los miembros de la Iglesia de Dios creen en Cristo Ahnsahnghong y Dios Madre, los Salvadores en la época del Espíritu Santo, y obedecien su palabra.
Como resultado, la asombrosa obra del evangelio se está llevando a cabo en todo el mundo.
Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.
Salmos 121:1–2
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