Cristo murió en la cruz por los pecados de la humanidad. Vivió una vida de predicar la noticia de la salvación para salvar a la humanidad.
De este modo, la predicación es para aquellos que se preocupan más por la salvación de los demás que por su propia comodidad y placer. Esto puede hacerse con la determinación de seguir el camino de la cruz de Cristo.
En el proceso de la predicación del evangelio para salvar un alma, podemos enfrentarnos a muchas dificultades y sacrificios al igual que el samaritano y los buenos siervos que ganaron cinco talentos y dos talentos en las parábolas.
Sin embargo, las gloriosas bendiciones del cielo están prometidas en el camino que sigue el ejemplo de Dios.
Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. […] Él les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido.
Marcos 1:35–38
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