El alma

Alejandro Magno, que conquistó un cuarto del mundo y fue estimado por la gente como un dios, también finalizó su vida en vano. Aunque parezca que uno lo tiene todo en el mundo, si no conoce el mundo eterno, su vida no tiene sentido. Aunque él tenía todos los bienes materiales, como poder, riqueza y honor, no pudo prepararse para el mundo eterno y al final llegó a morir.

La riqueza, el honor y el poder de este mundo no duran mucho, y no valen nada delante de la muerte. Por eso, Cristo Ahnsahnghong nos enseñó que nos preparáramos para el mundo espiritual, donde hay gozo eterno. La razón es que nuestro principio no es nuestro cuerpo, sino nuestra alma (Jn. 6:63).
Una vida sin conocer el mundo eterno, no tiene valor. Nuestra corta vida en esta tierra es un tiempo para prepararnos para el mundo eterno.

¿Qué debemos hacer para ir al eterno mundo espiritual?
El eterno mundo espiritual donde no hay dolor ni muerte (Ap. 21:4) no se permite al cuerpo corruptible, sino solo al que tiene la vida eterna (1 Co. 15:50).

Entonces, ¿cómo podremos obtener la vida eterna?
Si comemos la carne de Jesús y bebemos su sangre, podemos tener la vida eterna (Jn. 6:54).
Jesús prometió que el pan y el vino de la Pascua son su carne y su sangre (Mt. 26:26).

Por eso, los que tienen la vida eterna a través de la Pascua pueden entrar en el mundo espiritual, donde podrán viajar libremente en el universo.
Miremos al eterno mundo espiritual, en lugar de gastar nuestra vida concentrándonos en el mundo material. Y tomemos parte en la santa promesa de la vida eterna (la Pascua).

La Iglesia de Dios es la única iglesia que guarda la Pascua del nuevo pacto en el mundo entero.