Al igual que Jesucristo vino del cielo a esta tierra y ascendió de nuevo al cielo, también las personas que creen en Dios en esta tierra también deberían volver al cielo. El previo requisito para entrar en el reino de los cielos es recibir la vida eterna.
La humanidad puede ir al cielo, donde no hay muerte, solo cuando recibe la vida eterna prometida por Dios. La vida eterna se permite solo a aquellos que comen la carne de Jesús y beben su sangre a través de la Pascua del nuevo pacto.
No importa cuán grande sea nuestra fe, no podemos recibir la vida eterna a menos que guardemos la Pascua.
La Iglesia de Dios es la única iglesia en el mundo que guarda el nuevo pacto.
No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Hebreos 10:35–36
Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
1 Juan 2:25
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