Así como los que consideraron la palabra de Dios como broma y no huyeron fueron aniquilados durante el juicio de Dios mediante el diluvio en los días de Noé y el fuego en los días de Sodoma y Gomorra, la gente que no creyó en la advertencia de Jesús: “Cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, deben huir”, y en su lugar se sintieron confiados y no huyeron, todos ellos perecieron durante el segundo asedio del ejército romano.
El mundo suele considerar como una broma el último juicio de Dios por medio de fuego. Sin embargo, Dios está esperando pacientemente a la humanidad, ya que su deseo es que todos se salven y que ninguno perezca. Por lo tanto, los miembros de la Iglesia de Dios testifican con gran determinación al mundo las buenas nuevas de salvación, siguiendo la voluntad de Dios.
sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? […], en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
2 Pedro 3:3-13
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