La Fiesta de los Tabernáculos del Antiguo Testamento, que conmemoraba la construcción del templo, es una sombra, y su realidad es la Fiesta de los Tabernáculos del Nuevo Testamento, en la que se nos concede el agua de la vida, el Espíritu Santo de la lluvia tardía. Esto nos muestra que la humanidad debe ir a Dios Madre, representada por el templo de Jerusalén, para recibir el Espíritu Santo de la lluvia tardía y la salvación.
Solo Dios puede dar el agua de la vida a la humanidad.
Por tanto, el Espíritu y la Esposa que dan el agua de la vida gratuitamente en la última época son Dios Padre y Dios Madre.
Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. Apocalipsis 22:17
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